Te presto mi piel

I PARTE

Cómo me suelto de ti, de lo que me haces sentir. Aléjate, quiero gritar. Estoy hundida, es una agonía. Soy una frase suelta que se escapó de una canción. Ya siento que no tengo ritmo. Aún no he muerto, por favor.

Las paredes hablan para reírse de mi mientras les imploro ayuda. Mi cabeza da un giro completo

Mi corazón se acelera, comienzo a temblar. Quiero tener el control. Sensación de vacío enorme, constante. Ganas de ya irme, pero de que me pidan que me quede.

Ya no quiero amarte y quisiera que no fueras parte de mi sangre, aun así, tengo que convivir contigo. Y mirarte todos los días a los ojos y engañarte para que dejes de dolerme

En mi garganta un nudo que no revienta. Mis ojos ¿qué está pasando? Ya no miro, ya no pienso, ya no siento, ya no soy yo…

II PARTE

Auxilio. Por favor que ya pasé. Siento como todo aumenta. Y me enfurezco y quiero romper lo que pase por mi camino, soy un huracán de fuerza 6. Me lastimas y aun así no te puedo dejar.

Me golpeo el pecho, me muevo de lugar la piel de mi cara, me golpeo, me merezco lo peor. Pero no, en el fondo se quién soy, soy un sueño por favor … ya déjame ir.

Grito en silencio hasta quedarme sin aire. No está pasando esto, por favor, no está pasando. Está pasando. Se aumenta, me canso. ¿Si me lastimo? Ahora que estoy sola nadie puede verme.

III PARTE

Si me lastimo más. Si me arranco la piel a tajos, si corto mi cabello, si me despeino si me arranco la ropa. Si no me importan los vecinos y grito por mi libertad. No entienden lo que siento.

Mentiras. Ya no te creo, ya no te miro. Todo está bien.

Todo va a pasar

Nada te falta

Vuelve a ti

Yo te tengo

Te sostengo – me digo.

Ya todo paso. Quedo agotada.

MI PARTE:

La Ansiedad, los ataques de pánico y de ira cada vez han sido menos frecuentes. Te entiendo a ti que me miras fijo, que no sabes cómo lidiar con esto, que no le dices a nadie por miedo a que te juzguen, te señalen. Grita. Yo estoy contigo.

Esto se lo dedico a las personas que desde el anonimato y su valentía me han escrito para decirme que no saben qué pasa con ellos, antes eran felices, se reían a montones. Yo, amor mío, yo te digo que no estás solo y que volverás a ser el mismo de antes. Es horrible ya lo sé, te quiero abrazar tanto. Solo ten en tu mente algo muy claro cuando todo va mal, va a pasar. Al final todo pasa siempre pasa. Nada está en inercia, todos somos movimiento.

Y si no te gusta cómo estás armémonos de valor y vayámonos del sitio, del espacio, del tiempo, de la gente, pero nunca de nosotros que somos la vida misma.

Nadie te va a entender más que tú que lo estás viviendo. Entonces en este campo de guerra no eres el enemigo, tu eres tu único aliado. Tú te entiendes, te sostienes, te llevas, te cuidas, por eso te calmas.

Háblate cariño, no pasa nada. Pon las menos en tu corazón y háblate. Mira hasta dónde has llegado y si crees que no es muy lejos, llegaste hasta aquí conmigo y eso hazlo suficiente.

Porque la vida no es el todo, la vida es lo suficiente. Siéntete como lates, como vibras con amor y pide ser luz como yo lo hago. “Creador de mí, dame de tu luz para ser luz del mundo”. Creador el que sea, el Dios en el que quieras creer, el que sientas que te compone.

Yo te diré lo que quieres escuchar y nadie se atreve a decirte; no estas mal, no estas queriendo llamar la atención, no eres un dramático, no eres un manipulador, tienes ansiedad, tienes ira, tienes pánico y yo me he encerrado con ella en un cuarto oscuro de un séptimo piso a llorar lagrimas que no son mías, sino de gente que amo.

Entonces estas siendo tú, en la mejor versión posible que puedes. Lo estás intentando y eso vale muchísimo. Cuando tengas ansiedad de no saber si te sientas o te levantas, si comes, si te muerdes los dedos, si te desesperas, si gritas, si rompes la pared, o te rompes los puños; piensa que solo hay una persona en todo el mundo que puede salvarte y esa persona… Eres tú mismo.

Yo confío en ti. Es suelo en el que caes es el que te ayuda a levantarte y bien lo decía Cortázar: “solo hay un medio para matar los monstruos, aceptándolos”.

Te presto mi piel para que me des tu llanto cada vez que no puedas más.

Te dejo un abrazo de corazón a corazón...