top of page
Buscar
  • Foto del escritorAngeles Dugarte

Aceptación


Cómo llegué hasta aquí, suavecito, sin casi darme cuenta. Cómo llegué a este punto de aceptación positiva de todo lo que me rodea. La respuesta me sorprendió una mañana, quizás ya era tarde por la tarde.

No sé bien cuándo pasó, pero de la nada y del mismo todo comenzó a ordenarse en mí todas las cartas sin pares. Comencé conociendo qué soy. En el camino también descubrí a que vine. Comencé soltando pasos muertos y fantasmas que me fui acumulando, fantasmas ajenos además.

Segundo paso giré todo hacia adentro, como girar una calceta. Vi todas mis costuras, mis remiendos y también los huecos dispersos que había en mí. ¿Qué los causo? No lo sé, quizás mi negación a conocerme.

Tercero, cuarto, quinto pregunté para qué. Qué requería aprender, qué me vienes a enseñar Divinidad. Humildemente me rendí frente a mi poder creador, sanador y liberador y acepté.

Porque quizás yo sí decidí mi historia. Porque quizás a mí sí me dieron tiempo para escribirla. Punto por punto, letra por letra. Y decidí cambiar lo que no me gustaba, lo que no quería ser más. Ya no quiero que me quieran por lastima, quiero que me quieran porque YO ME QUIERO y reconozco que dentro de mí reside un ser amoroso que recibe de vuelta lo que da.

Y comenzó a bajar el ruido, las voces comenzaron a dejar de hacerme preguntas sin sentido, comenzó a calmarse mi ansiedad.

Aceptación II:

En ese minuto de curación, de aceptación de fuerza, de valoración divina, aprendí a hablarme bajito, a hablarme con amor, con respeto, con caricias suaves. Dejé de querer tener la razón y con eso se fue la culpa.

Todo lo que conocía desapareció, cambió. Hasta yo cambié. Dicen que el cabello es la conexión con la fuente perfecta. Entonces yo corté el mío y lo teñí, porque soy mucho más que eso. Yo soy el mismísimo amor, la representación armónica de Dios en mí.

Y pasó, todo pasó. Por primera vez en muchos años entendí y sonreí. Así fue como de golpe, de sorpresa, acepté quién era y cambié por mejores cosas. Por ejemplo, mi paz no se negocia jamás.

Este está siendo mi sendero. A veces también bajo los brazos, pero ahora soy capaz de volverlos a subir con más rapidez.

También me sorprendo llorando, casi siempre por cosas que echo de menos, pero al instante pasa. Me lo permito y regreso a mi hogar, a mi centro, regreso a mí.

Acepte para entenderme y así poder también entender a los que pasan lo mismo que yo. A los danzantes de cuerdas. Para no quedarme de pie mirando inerte cómo se hunden. Decidí aceptar para sanar, para ayudar y en medio de toda esa ayuda seguir cuidando de mí.



Mucho cariño...

21 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

La vida

Tragaluz

Post: Blog2_Post

©2020 por yo soy ángeles. Creada con Wix.com

bottom of page