Siembra tu propio jardín

Tuve mucho miedo de hacerlo, escribir para liberar, quitarme la máscara de pretender que todo estaba bien conmigo, de que era perfecta sin saber que ya soy imperfectamente perfecta. Y que todo está bien

Fue un reto para mí, camine de lado a lado. Lo pensé, escribí y borré. Escribí… y borré.

Lo hago por mí y también por cada persona que lee y me dice: “me identifico con cada letra”. Estoy orgullosa también de ustedes (saben quiénes son), de mis amigos que leyeron sin juzgar lo que desconocían de mí.

Tuve mucho miedo, pero decidí poner semillas que tardaron horas en hacerse capullitos. El día de mi diagnostico sembré semillas de lavanda en un jarrón. La miro ahora desde mi ventana como se mueve con el aire y se baña de sol. Parece es feliz, hablo con ella. Le digo “Guapa” desde aquí mientras escribo esto.

Fui valiente, pero tuve miedo. También me sembré a mí misma y duele mucho que la semilla se rompa. Es una presión que te aplasta los pulmones, la cabeza. Te quita la respiración, pero de repente un día te despiertas con un poquito de raíz y una hojita de esperanza. Y entiendes que no todo está tan mal, porque en realidad nada está mal. Y miras a tu alrededor y dices hoy, solo por hoy, estoy en paz conmigo misma. Y bailas también con el viento y dejas que el sol te acaricie.

Tú eres tu propio jardín, el que debes regar, cuidar, hablar dedicarle todo tu amor porque de ti nacerán las mejores flores.

Cambio todo de mí, hasta mi forma de vestir. Llevo el cabello hasta los hombros después de esconderme bajo una apariencia, que tampoco estaba mal. Pero decidí ser más que todas esas cosas y me siento más a gusto conmigo cuando estoy sin maquillaje sin la sonrisa del payaso. Cuando me río desde mi estómago.

Yo soy mi propio jardín con miedo, y esto me dio resultado porque de no ser por ese miedo no me hubiese atrevido a escribir estas palabras para luego sentirme dichosa hasta llorar agradeciendo a cada uno de ustedes que me leen, que me dicen, que me alientan.

Alguien me comento que ser TLP no era fácil, al carajo esas tres letras yo quiero ser Tulipanes, Lirios y Petunias.

Hay una historia que leí, no sé dónde, y se quedó en mi corazón por siempre; el crecimiento del bambú. Luego de su siembra pasan diez largos años donde solamente se ve una pequeña ramita que quiebra la tierra y de repente, sale a la superficie alcanzando los 30 metros porque durante 10 años estuvo creciendo bajo la tierra, su crecimiento es subterráneo, pero llega a alcanzar las nubes cuando está listo. Así quiero que seas, así te exijo que seas. Anda y quítate todo, desnúdate de toda tristeza. Sé un bambú que rompa la

tierra. Crece en tu interior y te aseguro que nada de lo que este afuera te podrá doler nunca más.

Crece con miedo no importa, nadie te está señalando. Yo no soy quien, para hacerlo, ni siquiera conmigo misma. Abrázate y crece. Avanza y siembra también tu propio jardín.

De mi propio jardín me inspire a escribir GROW. Espero la escuchen y les de la sensación de paz que me dio a mí cuando la hice.