Mi forma de amarte

No comprendas mi forma de amarte, solo acepta que te amo. No trates de entender mis cambios de humor, en el fondo sabes que daría la vida por ti si me la pidieran.

Sabes que soy extremista, sabes que juego al todo o al nada, al blanco o al negro; y que te amo, pero que a veces también te odio con la misma intensidad.

Esta es mi forma de amarte, profunda, irresponsable, dispersa, entregada, completa, cercana, obsesiva (a veces un poco más de lo que tu libertad puede soportar). No es mi culpa, así te amo.

Como al bolero que mi abuelo cantaba mirando por la ventana y después lo silbaba, yo lo veía y sentía su entrega a la vida. Como mi madre, que se quedaba mirándome toda la noche hasta quedarme dormida porque me daba miedo sentirme sola. Todavía siento miedo, por eso me cuesta dormir cuando no estás.

Quisiera poder explicarte que sí, para mí sí es complicado porque te quiero todo, te quiero siempre, todos los días de mi vida.

Esta es mi forma de amarte, rebelde, sin aceptar consejo, cuidándote, queriendo protegerte todo el tiempo, hasta de ti mismo. Esta es mi forma de amar…. invasiva.

Sabes que para mí eres la gloria. Así te ven mis ojos y que, en un roce, una palabra, un gesto puedo cambiar al otro extremo. Por una fracción de segundo querré no amarte, pero sabes igual que te amo y te quedas y eso me hace reír.

Tú y yo no somos la sombra de aquellos dos que se conocieron hace un par de año. El camino ha sido largo (a veces cansado) pero hoy puedo decirte que te amo con toda tu libertad, tu espacio que a veces necesitas, necesito. Tú conoces mi forma de amar de niña herida que quiere consentimiento para todo, de “abrázame porque tengo miedo” cuando me despierto una madrugada por un mal sueño.

Porque eres un “por favor quédate” cuando siento el vacío que está y que no tiene que ver contigo porque tú me llenas hasta los huesos. Tu entiendes mis juegos y me llevas todavía a creer en las sirenas. Me gusta bailar contigo porque es mi forma de amarte, seguir tus pasos primero, luego que tú sigas los míos y después jugar a que somos estrellas, un millón de estrellas que brillan

Esa es tu forma de amarme la que nadie entenderá, en la que nadie creería, pero cuando todos se fueron fuiste el único valiente que decidió quedarse a aceptar que locamente que esta es mi forma de amar. Y me gusta ser contigo porque existían siete mil millones de posibilidades de que no pasara y aquí seguimos con nuestra forma de amar.

Esta es mi forma de amarte mi pequeño gran corazón. Dándote lo mejor de mí, desde la pureza de mi corazón. Y ojalá pudieras entender que cuando te odio te estoy amando más que nunca, más que cualquier segundo.

Quédate conmigo y mi manera de amarte porque sabes que si un instante también es mi eternidad te elegiría esta y cien eternidades más.

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Muchas personas no entenderán tu manera de amar, tan intensa, tan desmedida. Casi nadie entenderá que en tu pensamiento frecuentemente pasa “si soy bueno y le amo tanto por qué me hace esto” “por qué no me quiere igual de como yo le quiero”. Porque amamos mucho, somos seres llenes de amor. Necesitamos la atención, la aprobación, el sentir del corazón del otro para saber que existimos.

Nos cuesta mucho encontrar nuestro existencialismo, sentimos que somos como una rama de las personas que amamos. Que no estaremos completos si nos faltan. Vivimos todos los días con un miedo irracional al abandono, así nadie nos quiera abandonar pensamos constantemente en el “y si se va y me deja sola”.

Nos cuesta mucho también estar solos porque no sabemos cómo lidiar con nosotros mismos y nuestras emociones, y nos frustra sentirnos así. Deseamos con todo nuestro ser “ser normales” sin darnos cuenta de que esta es nuestra normalidad y allí está lo maravilloso de nosotros; que sin importar que pase seremos de corazón noble.

Nos desviviremos por los demás y eso debe (TIENE) que tener una recompensa, aunque no sea el amor reciproco, el amor de una pareja, la aprobación de nuestros padres, los abrazos de nuestros amigos. Pensamos constantemente que todo es personal, todos contra mí ¿por qué yo?

Cuando aprendamos a acomodarnos, a sentirnos realmente cómodos con nuestra forma de amar y saber que el amor de los demás hacia nosotros tiene que ver con ellos y que no lo podemos controlar, comenzaremos a querernos todos los días un poquito más a nosotros mismo y es allí, en ese punto exacto donde comenzarás a sentir que te vas quitando un peso de encima porque las personas te aman como pueden, no como tú quieres que te amen. Incluso te pueden amar mucho mejor de lo que tú crees que mereces.

Pero el amor sana y el amor cura, el amor todo lo puede porque es algo que nunca deja de ser. Solo debemos también apoyar a nuestras parejas, a nuestros familiares, a nuestros amigos enseñarles como amarnos y eso lo podemos hacer mostrando nuestras heridas (cosa que también nos cuesta mucho por ese afán de querer demostrar perfección).

Cuando nos quebramos, cuando digo: te necesito, me siento mal, la angustia me está sofocando, por favor abrázame, los demás empezaran a entender que no estamos fingiendo solo estamos tratando de amar a nuestra forma. Desmedidamente, sin anestesia, sin límite porque eso somos; personas que bailan entre límites y límites. Tanto que ya le hemos perdido el respeto, me gusta desbordarme. Darte todo de mí, me volcó en ti porque te amo y esa es nuestra forma de amar.

Amarnos también deberíamos...