El día que no esté, quiero llanto, un canto de amor. Quiero que me adornes los cabellos con flores blancas porque de blanco me iré. El día que no esté quiero que sepas que deje un par de sueños inconclusos, pero que viví cada momento desde la pureza de mi ser.
El día que no esté no te olvides que me gusta el mar. Que soy una ola que viene rompe y se va, para volver a venir tranquila a reparar la arena que desordeno.
No olvides que amé tan grande yo. Tan sincero como mi propio amor. Que soy un ave que vuela tan alto entre las nubes porque me gusta su roce suave.
El día que no esté recuérdales a todos que fui tu león; que te defendí de todos, que te defendí de ti. Que te cuidé con amor de madre y luché por ti como un padre.
Cuéntale a todos que sane mi linaje. Que después de mí (que fui apocalipsis) ya no hubo muerte, ni más llanto, ni clamor, ni dolor, porque todas las cosas del cielo las limpié en la tierra.
Que corría por campos llenos de flores porque me sentía parte de ellas. Que usaba vestidos porque soñaba con ser un colibrí. Así de pequeño.
El día que no esté; vísteme de blanco y dibújame una sonrisa. Haz que valga la alegría mis dibujos y mis manos llenas de pintura.
Guarda todo lo que escribí en una caja de cartón adornada con una estrella porque allí quedarán mis mejores palabras para el universo.
Ese día que te diga con amor que es mi hora, ciérrame los ojos como lo haces cada noche antes de dormir y dame los buenos días. Yo estaré escuchándote porque siempre estaré contigo.
Recuerda que soy de alma rebelde y estoy donde quiero. Sé feliz porque siempre sonreiré, ya no habrá más cansancio. El día que me vaya te llevaré conmigo en una foto y te miraré a cada instante congelado en el tiempo.
Seré la gaviota que juega suave con la ola y te seguiré diciendo cuánto te quiero. El día que me vaya, te amare más de lo que te amo hoy porque siempre es posible amar un poquito más.
Y cantare una canción de cuna al oído para dormirte a mi lado.
El día que no esté sé que serás feliz porque siempre lo has sido, y en la distancia me darás el abrazo de gato de las mañanas. Me seguirás bendiciendo y yo llorare de alegría.
El día que no esté lloveré sobre el desierto. Y aunque no esté, seguiré estando porque prometí nunca irme de nosotros.
Amor siempre...
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